En Casa Búho es la primera vez que nos aventuramos por un poema. Eugenia y Gotzon nuestros voluntarios de País Vasco, trajeron, desde Chile, el libro: Gabriela Mistral. Poemas Ilustrados. Éste es parte de una hermosa colección de libros de poesía creada por la editorial, especializada en Literatura Infantil, Amanuta.
La autora chilena, ganadora del premio Nobel de Literatura en 1945, Gabriela Mistral, es un ícono en su cultura, en Latinoamérica y todo el mundo.
Esa sensibilidad y, al mismo tiempo, ese poder en sus palabras, irremediablemente, encaminan a grandes y chicos por el sendero de la poesía a la que de verdad no se puede uno resistir.
Escogimos el poema ‘Canción del maizal’. Esto, debido a que las cinco semanas de trabajo con Eugenia y Gotzon fueron planificadas alrededor de la nutrición.
Este poema habla sobre el maíz, alimento indispensable en nuestra comida a lo largo y ancho del continente suramericano. Es maravillosa la forma en que Mistral describe el proceso que sigue un maíz desde que nace hasta que es cosechado.
Los niños y niñas de Casa Búho se sintieron identificados y disfrutaron muchísimo de la lectura del poema, no una vez: muchas veces a lo largo de toda la sesión.
De verdad, hay que decirlo: el efecto de las palabras poéticas de Mistral, captaron la atención de nuestros buhitos lectores, demostrando que la poesía debe ser parte sí o sí de nuestras sesiones.
Bueno, pero ahí no para la aventura de nuestro encuentro de lectura. Nos atrevimos, también por primera vez, a hacer un ejercicio de lecto-escritura que consistió en completar los espacios en blanco de la poesía. Fue súper divertido porque íbamos rimando las palabras y los niños y niñas se esmeraron en encontrarlas gracias a la musicalidad de este poema. Se hablaron de las palabras que no se entendían reforzando así su vocabulario y alimentando su bagaje (conjunto de conocimientos que tiene una persona).
Y aún no acaba la cosa: ¡decoramos nuestras propias mazorcas! Fue fenomenal. Fuimos abriendo las hojas del maíz, descubriendo sus cabellos quemados, como dice la poesía :), y luego le pusimos ojitos y boca.
Aquí abajo la poesía con la que trabajamos:
I
El maizal canta en el viento,
verde, verde de esperanza.
Ha crecido en treinta días,
su rumor es alabanza.
Llega, llega al horizonte,
sobre la meseta afable,
y en el viento ríe entero
con su risa innumerable.
II
El maizal gime en el viento,
Para trojes ya maduro;
Se quemaron sus cabellos
Y se abrió su estuche duro.
Y su pobre manto seco
se le llena de gemidos:
el maizal gime en el viento
con su manto desceñido.
III
Las mazorcas del maíz
a niñitas se parecen:
diez semanas en los tallos
bien prendidas que se mecen.
Tienen un vellito de oro
como de recién nacido
y unas hojas maternales
que les celan el rocío.
Y debajo de la vaina,
como niños escondidos,
con sus dos mil dientes de oro,
ríen, ríen sin sentido…..
Las mazorcas del maíz
a niñitas se parecen:
en las cañas maternales
bien prendidas que se mecen.
Él descansa en cada troje con silencio de dormido;
va sonando, va soñando
un maizal recién nacido.